lunes, 25 de junio de 2007

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domingo, 24 de junio de 2007

Macri festeja en un domingo sin energía para Kirchner

Por Tomás Rudich

Se confirmó lo que se sabía hace tres semanas: Mauricio Macri superó a Daniel Filmus en el ballottage y será a partir del 10 de diciembre el jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires (si Telerman no adelanta la entrega del poder). La elección seguramente generará un cambio en el clima político nacional, aunque no un quiebre definitivo.

Cristina o Néstor Kirchner tienen todas las de ganar en las presidenciales de octubre. Pero el espacio liderado por Macri podría convertirse en su sombra, sobre todo a partir de una excelente plataforma mediática como lo es la Capital. Si bien en la política argentina es imposible adivinar el futuro, las chances de Macri en 2011 podrían ser altas. Con una vidriera como el Gobierno porteño, sumado al casi seguro desgaste de un segundo mandato kirchnerista y el posible fin del ciclo de crecimiento económico, la idea de tener a Macri en la presidencia a partir del 2011 no suena descabellada.

Aunque esas son conjeturas demasiado lejanas. Por ahora el mayor enigma es qué hará Macri en la Capital. Se han dicho muchas cosas sobre él en el último tiempo, muchas de ellas ciertas y otras verdades a medias, que incluso terminaron siendo funcionales al propio empresario. ¿Pero cómo será la gestión de Macri en la Capital? Prometió un policía en cada esquina y al mismo tiempo triplicar el presupuesto de salud (del 0,7 al 2,1%). ¿Será posible? ¿Y qué pasará con los cartoneros y las villas? Por lo pronto, el líder del Pro ya dijo que la villa 31 será erradicada. ¿Pero dónde irán a parar sus habitantes? ¿Los mandará al Conurbano? ¿Irán a alguna de las 10 mil viviendas que prometió construir por año? ¿Aceptarían pacíficamente un eventual desalojo?

También hay interrogantes en otros ámbitos. En los últimos meses la Ciudad fue escenario de múltiples protestas en las calles. Muchas de ellas fueron reclamos genuinos de trabajadores y otras resultaron marchas de carácter político de la izquierda jurásica. ¿Qué pasará con los cortes de calle? ¿Habrá una dura represión a lo Sobisch? ¿O tratará Mauricio de cuidar su imagen y ser más flexible según las recomendaciones del gurú Jaime Durán Barba? ¿Se lanzarán a una “heroica gesta libertaria” estudiantes, trabajadores y partidos de izquierda? ¿Se le sumarán miles de empleados públicos si se viene un ajuste en el empleo estatal? ¿O el recorte del gasto será sólo para ñoquis y cargos políticos?

Y qué pasará con las empresas contratistas. ¿Habrá polémicas licitaciones para empresas ligadas al grupo Socma? ¿De qué lado del mostrador estará el nuevo jefe de Gobierno?

Muchas incógnitas por el momento. Algunas se revelarán con el comienzo de la gestión, otras respuestas correrán por lo bajo y requerirán de una ciudadanía atenta. De cualquier manera, un electorado informado como el porteño no podrá decir que ignoraba lo que votaba. A pesar de tanto marketing y maquillaje político, algunas pistas sobre el futuro rumbo ya se han hecho visibles. ¿Será sólo la punta del iceberg?

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martes, 19 de junio de 2007

Kirchner y Carrió pelean en el hielo

Por Martín Porcel de Peralta (desde Tierra del Fuego)

Reforzar los lazos políticos y económicos con el continente o buscar mayor transparencia en la gestión a costa de caer en una política de aislamiento. Esas son las opciones que los fueguinos deberán decidir en el Ballottage del próximo domingo, cuando se enfrenten el actual gobernador kirchnerista Hugo Cóccaro y la diputada del Ari Fabiana Ríos.

Pero los humores de los seguidores de ambos candidatos son bien distintos. Sucede que mientras que el actual Gobernador se impuso por 4 puntos, una ventaja menor de la esperada, Ríos creció sorpresivamente en la última semana y superó al candidato de la alianza entre el Movimiento Popular Fueguino (MPF) y la Unión Cívica Radical (UCR), Jorge Garramuño, quién hasta hace muy poco ocupaba el segundo lugar en las encuestas.

En rigor, el intendente de Usuhaia se despidió de sus chances de ingresar al Ballottage luego de que se difundiera un video en You Tube donde su mano derecha, el concejal Pablo Wolaniuk, recibía una coima de parte de una cooperativa. La decepción fue capitalizada por el Ari. De esta forma se explica la excelente elección que hizo en Ushuaia el partido que fundó Elisa Carrió, donde le ganó por 7 puntos a Cóccaro y 12 a Garramuño.

Por el contrario, el candidato oficial salió primero en Río Grande, la ciudad con mayor peso electoral, mientras que Ríos consiguió el tercer lugar. Sin embargo, la diferencia que obtuvo la diputada en la capital, fue imposible de descontar en Río Grande para la coalición MPF-UCR

A pesar de obtener el triunfo, Cóccaro también perdió votos en la recta final. ¿La razón? Apareció tambien en You Tube un audio ilegal de noviembre del año pasado, donde su compañera de fórmula, la diputada kirchnerista Rosana Bertone, criticaba con dureza al actual gobernador.

En este escenario revuelto de acusaciones cruzadas, videos de coimas y grabaciones ilegales, el Ari sacó sustancial provecho. Tanto que no sólo se coló en la segunda vuelta, sino que ganó los comicios legislativos y a partir de diciembre dominará la Legislatura con 6 de los 15 miembros.

Pero el Ballottage muestra una historia distinta. Parece quedar poco margen para una candidata aliada a Carrió, que se muestra como una tenaz opositora a Néstor Kirchner. Es que la provincia experimenta un crecimiento explosivo de su economía gracias a la afinidad del gobierno provincial con la Casa Rosada. Así las cosas, los electores entienden que la continuidad de la expansión parece asegurada con Cóccaro. En cambio, si llegará a ganar Riós, muchos temen que la provincia se cubra con el manto de la incertidumbre.

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jueves, 14 de junio de 2007

Estaría bueno que Mauricio debata


Por Martín Porcel de Peralta


Nada es para siempre. Mauricio Macri anunció que va a romper su tradición y no debatirá en el programa “A dos voces” con Daniel Filmus sobre los problemas de la Ciudad y las posibilidades de realización de las propuestas de ambos candidatos. Desde el Pro argumentan que la negativa se funda en la “campaña sucia” que se diseñó desde la Casa Rosada, pero parecen tapar cierto miedo a quedar al descubierto en un mano a mano.

Más allá de las agresiones que el presidente Néstor Kirchner le dispensó a Macri en la semana posterior a la primera vuelta, la decisión derrumbó uno de los caballitos de batalla que esgrimía el ingeniero con orgullo: el de presentarse en todas las discusiones porque no rehusaba el intercambio de ideas.

A decir verdad, el argumento era excelente porque ayudaba a que el empresario ligado a los negocios con el Estado en la década del 90, se mostrara como un hombre de la nueva política ajeno a las chicanas y gambetas tan usuales en los políticos de carrera.

Sin embargo, estos artilugios fueron utilizados por los encargados de campaña del Pro, que montados en la holgada ventaja de 22 puntos que consiguieron en los comicios del 3 de junio, empezaron a embarrar la cancha y exigieron una serie de extrañas condiciones para presentarse a debatir.

Las dos más importantes consistían en incorporar a la discusión a los compañeros de fórmula -los analistas coinciden en que Gabriela Michetti es fundamental porque “humaniza” al empresario-, y eliminar los minutos libres donde los candidatos podían rebatir los argumentos del otro, con la excusa de que Macri iba a se carne de cañón del kirchnerismo.

Con todo, Filmus y su equipo aceptaron cada una de las condiciones impuestas. Incluso firmaron un pacto de no agresión para asegurar la última, que significa transformar un debate en un monólogo donde los contendientes enumeran propuestas sin profundidad como si fuera un spot publicitario por turnos. Pero no hubo caso, la flexibilidad del candidato oficial no alcanzó para hacer cambiar de opinión a las huestes del Pro.

Es una verdadera lástima. ¿Será qué Macri está tan convencido de su triunfo en el ballottage del 24 de junio que se da permiso para comenzar a mostrar que no tiene tantas diferencias con la vieja política? Es posible. En rigor, si obtiene el sillón porteño, sólo el camino que transite su gestión nos revelará si tiene alguna.

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viernes, 8 de junio de 2007

Un progresismo funcional a Macri

Por Tomás Rudich


Macri le puede dar las gracias a Ibarra y Telerman. El candidato de Pro está muy cerca de ganar la Capital y a la ahora de los reconocimientos no debería olvidar que la pobre imagen de las últimas gestiones del progresismo porteño le abrió las puertas de par en par.

El casi seguro ascenso de la derecha en la Ciudad de Buenos Aires no implica necesariamente un cambio en la posición ideológica de su electorado. Es cierto que una parte importante de los habitantes porteños es más afín a posturas conservadoras. Pero eso no explica el triunfo de Macri, ya que también ha existido históricamente un amplio sector con ideas progresistas en la Capital.

En realidad, lo que queda claro con esta elección es que Macri ya no es un fenómeno que se limita a las elites. Gran parte de su victoria se debe a la gestión del denominado progresismo (llámese Ibarra o Telerman) desde el 2000 hasta la fecha. ¿Es que acaso hubo mejoras sustanciales en la educación, la salud, la emergencia habitacional y la distribución del ingreso en estos siete años? Podría argumentarse que la crisis del 2001 y el desequilibrio político provocado por Cromañón condicionaron las últimas gestiones. En todo caso, esto último hablaría de una incapacidad para evitar o superar los inconvenientes.

De cara al futuro y tras la casi segura derrota de Filmus en el ballotagge, el progresismo deberá reconstruir un espacio que pueda volver a identificarse con los porteños, algo que muy bien aprovecharon Macri y Michetti con su apelación a los vecinos y el cuento de que representan la nueva política. La Ciudad necesita con urgencia un nuevo progresismo. Que mantenga y haga efectivos los históricos principios de justicia social, salud y educación, sin dejar por ello de tener propuestas concretas para la vida cotidiana. Y que al mismo tiempo incorpore mecanismos democráticos de mayor transparencia y descentralización. Para que la democracia y la institucionalidad dejen de ser el caballito de batalla de los sectores conservadores.

En definitiva, el temido ascenso de Macri no se explica por una derechización del electorado, sino en gran medida por la división y la crisis de representatividad del progresismo porteño.

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martes, 5 de junio de 2007

Preparativos de un fraude electoral

Por Hernán Comastri

Decir que la visita del paraguayo Fernando Lugo a la Casa Rosada pasó desapercibida a los medios locales, es decir poco. Culpemos a las elecciones porteñas. Pero lo cierto es que el jueves 31 de mayo, el presidente Néstor Kirchner recibió en la sede del Gobierno Nacional a este antiguo obispo que hoy lidera cómodo todas las encuestas de intención de voto, no para Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, sino para las elecciones generales de Paraguay en 2008.

Lugo, de 56 años, renunció a su cargo como obispo de San Pedro en diciembre, para convertirse en el precandidato de una Concertación Nacional opositora a la gestión del actual presidente Nicanor Duarte Frutos. Sin embargo, el Vaticano rechazó su renuncia y en cambio decidió suspenderlo de su cargo en febrero de este año. Y es aquí donde comienza la polémica en la que hoy se debate la política paraguaya. Es que el oficialismo no dudaría en invalidar la candidatura de Lugo, quien aún pertenece formalmente al cuerpo de la Iglesia Católica.

Mi problema para ser candidato presidencial no es jurídico sino político, y responde a que yo tengo la capacidad de atraer a las mayorías más pobres del país”, repitió una y otra vez Lugo desde el comienzo de su visita de cuatro días a Buenos Aires. Además explicó que si bien mantiene su condición de obispo, “ésta es una responsdabilidad teológica y no jurídica, y un argumento teológico no puede estar nunca por sobre la Constitución de un país soberano”.

Las oposiciones políticas a la candidatura quedan del todo claras en lectura de este fregmento de un editorial publicado por el periódico liberal paraguayo La Nación: “Este diario considera que la candidatura de Fernando Lugo, que parece arrebatar el primer lugar en la Concertación, es altamente peligrosa para un país que ya no tiene margen para los experimentos socialistas. En sucesivas entrevistas Lugo se ha definido partidario de ideas retrógradas, comprobadamente fracasadas y todas ellas destructoras de la economía”. La principal de estas “destructoras” ideas es la de una reforma agraria.

Sin embargo, en Paraguay es un secreto a voces que, sin importar las justificaciones jurídicas, el gobierno impugnará la candidatura del ex obispo. El mismo presidente Duarte Frutos lo ha reconocido en diversos actos públicos. Y la impugnación probablemente sea abalada por la justicia, ya que el oficialismo cuenta con una mayoría automática en la Corte Suprema al mejor estilo menemista. Son aquellos cinco jueces los que, viendo peligrar sus puestos frente a una posible elección de Lugo, legitimarían el robo de una elección.

El problema que se plantea a la Concertación Nacional no es si Lugo será o no impugnado, sino cuándo. Si lo es a última hora, su partido podría perder las elecciones por falta de candidato. Si lo es ahora mismo, o dentro de un plazo prudencial no mayor de treinta días, el daño podría ser menor, aunque todos los referentes de la Concertación Nacional están de acuerdo en que de todas maneras sería un duro golpe de cara a las elecciones presidenciales. Es probable que el oficialismo, que siempre juega con cartas marcadas, espere hasta último momento para la impugnación.

Mientras esperaba que un recurso de amparo preventivo pudiera obligar a la Corte a expedirse pronto sobre su candidatura, Lugo ofreció una conferencia de prensa junto a Hebe de Bonafini en la Universidad de las Madres de Plaza de Mayo, donde después disertó en el marco de las Cátedras Bolivarianas que allí se dictan. Sin embargo, aquel recurso de amparo se encuentra en las manos de la misma justicia oficialista, por lo que seguramente será cajoneado hasta el momento oportuno. Muy a su pesar, Lugo se vió obligado a reconocer que su candidatura está en las manos del oficialismo y de nadie más.

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lunes, 4 de junio de 2007

Resultado a jefe de Gobierno

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domingo, 3 de junio de 2007

Ganadores y perdedores de la elección porteña

Por Martín Porcel de Peralta

Ganadores:


Mauricio Macri: El candidato del Pro alcanzó el 45% de los votos y logró una contundente victoria que lo deja muy bien parado de cara al Ballotage del 24 de julio. De yapa, se consolida como el referente nacional de la oposición.

Daniel Filmus: Según las encuestas, el ministro de Educación estaba entre 5 y 10 puntos debajo de Jorge Telerman hace tan sólo 15 días. En la recta final remontó la cuesta: dio vuelta los resultados y competirá en la segunda vuelta.

Néstor Kirchner: El Presidente jugó las últimas dos semanas todas sus fichas con Filmus y mostró que tiene ascendencia sobre el electorado porteño. Ahora, la discusión de la Ciudad lo tiene como claro protagonista.

Anibal Ibarra: Los votos que sacó el ex jefe de Gobierno fueron claves para que Filmus supere a Telerman. Quedó segundo en la elección a legisladores, metió 5, y a partir de diciembre formará parte del cuerpo que lo destituyó hace un poco más de un año.

Patricia Walsh: La dirigente de izquierda cumplió su objetivo de ingresar a la Legislatura y le ganó su duelo a Claudio Lozano por el cuarto puesto.

Los encuestadores: Esta vez acertaron. Sus números coincidieron en pronosticar la holgada ventaja de Macri y el cambio en el segundo puesto a favor de Filmus. Esperemos que sigan así.

Perdedores:

Jorge Telerman: Pensó que podía quedarse con el sillón de la Capital. Para lograrlo, coqueteó con el Gobierno, adelantó las elecciones y se alió con Elisa Carrio. El acuerdo significó el principio del fin de sus aspiraciones. Y para peor, quedó muy debilitado para continuar con la gestión hasta diciembre.

Elisa Carrió: Primero especuló con su propia candidatura, luego anunció una sorpresa y al final terminó arreglando con Telerman, cuando hacía sólo dos semanas lo había criticado por ser oficialista. Quedar fuera de la discusión porteña la deja muy mal parada de cara a las presidenciales de octubre. Encima, la lista de la Coalición Cívica sacó el 8% de los votos y metió sólo 2 legisladores

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sábado, 2 de junio de 2007

El factor Ibarra

Por Martín Porcel de Peralta

Anibal Ibarra está destinado a protagonizar la historia política de la Capital. Quien fuera elegido por los porteños dos veces jefe de Gobierno y luego fue destituido por su responsabilidad política en la tragedia de Cromañon donde murieron 194 personas, se presenta a legislador y su candidatura puede ser fundamental para lograr que Daniel Filmus ingrese al Ballotage.

Sucede que su figura política tiene más peso que la del candidato oficial, por lo tanto, al llevarlo en la misma lista, le tracciona votos decisivos. En criollo: mucha gente que tiene decidido votar a Ibarra también elige a Filmus porque está en la misma boleta y no tiene pensado cortarla. De esta forma, casi la totalidad del 20 por ciento de intención de voto que registra el ex jefe de Gobierno podría traspasarse al ministro de Educación.

En menor medida, el fenómeno de arrastre se podría repetir con Ginés González García, que encabeza la lista de legisladores del Frente para la Victoria. Gracias a esta sociedad, Filmus podría ampliar la pequeña ventaja que le adjudican las encuestas sobre Jorge Telerman y acortar la diferencia con Mauricio Macri.

Paradojas del destino: fueron los legisladores de Macri y los que ahora están con Telerman los protagonistas fundamentales de la destitución de Ibarra en marzo de 2006. A un año y dos meses del juicio político, el hombre puede encontrar su revancha.

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viernes, 1 de junio de 2007

Filmus va al ballotage, pero Macri puede cumplir su sueño

Por Martín Porcel de Peralta

La mayoría de las encuestas lo marcan. Daniel Filmus supera en intención de voto a Jorge Telerman y logra lo impensado hace dos semanas: se encamina hacia el ballotage junto a Mauricio Macri. Sin embargo, la táctica elegida para dejar fuera de carrera al jefe de Gobierno puede provocar que el líder del Pro logre conquistar la Capital. Sin dudas, un efecto no deseado por la Casa Rosada.

Pero, ¿a qué se debe el repunte del ministro de Educación? ¿Cómo logró cambiar el escenario electoral? Las diatribas encuentran respuesta en la activa participación del Gobierno en el último tramo de la campaña. Así las cosas, Néstor Kirchner y Cristina Fernández estuvieron junto al candidato oficial en cuanto acto pudieron.

Además, Alberto Fernández encabezó la estrategia diseñada para desacreditar a Telerman, un viejo enemigo del jefe de Gabinete. Acusaciones sobre el delito de utilización falsa del título de licenciado con llamado a indagatoria incluido, y sobre casos de corrupción en la actual gestión fueron los platos fuertes de un menú del que no sólo comió el Gobierno, sino principalmente Macri.

Es que mientras Telerman debía defenderse de los embates y acusaba al Gobierno de autoritario, el empresario ligado a los negocios con el Estado en los 90 cumplió al pie de la letra con los lineamientos de sus asesores y logró mostrarse como un hombre ajeno a las prácticas políticas tradicionales con una consigna muy sencilla: a las pocas agresiones recibidas contestaba con propuestas políticamente correctas donde nunca olvidaba mencionar la frase inclusión social.

En pocas palabras, hizo la plancha mientras los otros candidatos se peleaban en el barro. El resultado de esta jugada puede ser perfecto. Los estudios de opinión señalan que con su actitud pasiva le sacó votos al golpeado jefe de Gobierno y puede superar el 40 por ciento, ganando la elección por bastante más de diez puntos. Esta diferencia, que puede ser decisiva en una segunda vuelta, se debe a que Macri conquistó a una importante porción del electorado que huye espantado de las peleas y cree su discurso lleno de palabras lindas, aunque vació de contenido.

Pero, en este juego de tres, Telerman también aportó lo suyo. Desesperado por reunir apoyos que le permitan mantener la Capital, selló una alianza con Elisa Carrió, la principal opositora al Gobierno. La jugada terminó de nacionalizar la elección y, más allá de sus esfuerzos iniciales, lo enfrentó con el poderoso kirchnerismo, al tiempo que fortaleció a Filmus. (Ver Una jugada con mucho para perder).

Con este panorama, el domingo es un día decisivo para las tres fuerzas. Telerman y Carrió pueden empezar a despedirse de las grandes luces de la política si pierden. Filmus y el Gobierno pueden lograr el primer objetivo si consiguen el segundo puesto, aunque corren el serio riesgo de quedarse sólo con eso. Y Macri, con muy poco, puede empezar a saborear su sueño más preciado: el sillón porteño.

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