sábado, 5 de abril de 2008

Todo sea por el edificio único


Por Tomás

¿La UBA kirchnerista? O peor aún, ¿la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA kirchnerista? Esa irreal sensación quedó flotando luego del encuentro que mantuvo Cristina Kirchner con el decano de la facultad, Federico Schuster, tras la resolución emitida por el Concejo Directivo de sociales en la que se critica "el lock out del campo y su tratamiento mediático". Si bien Schuster se ubica dentro de una corriente de decanos del arco progresista, que apoya críticamente al Gobierno, lo cierto es que la resolución del Concejo Directivo puede leerse desde una perspectiva más amplia: la eterna demora en las obras por el edificio único de Ciencias Sociales, que se vienen prometiendo desde 2002, y cuya construcción comenzó en 2005, pero que hoy se mantienen paralizadas por un problema burocrático en los pliegos. Luego del favor hacia el Gobierno, que le da un guiño político desde un sector académico, tal vez la presidenta podría instruir al Ministerio de Planificación - al que recursos no le faltan -para que reanude las obras.

Pero más allá de la construcción de un edificio que albergue a todas las carreras de Ciencias Sociales en un mismo espacio en Constitución, la facultad declaró el año pasado la emergencia presupuestaria, y este año en algunas de sus sedes no se aprobó la circulación de gas, porque las instalaciones no son seguras. Lo mismo pasa en otras facultades de la UBA. Esta situación, sumada al reclamo por los docentes ad honorem y al cierre de la sede del CBC en Merlo, motivó una movilización frente al Ministerio de Educación la semana pasada. En ese caso no marcharon los directivos del kirchnerismo crítico en Sociales, sino estudiantes (en su mayoría de agrupaciones políticas de izquierda) y docentes.

La posición dominante en las agrupaciones estudiantiles de la Facultad de Sociales se asocia al antikirchnerismo de izquierda, que a veces de tan trotskista termina siendo funcional a la derecha (pero todo valga con tal de mantener el negocio de los apuntes). Aunque por el otro lado está el Concejo Directivo, en el que la posición mayoritaria prefiere hacer guiños al Gobierno, a ver si tiran alguna miga. Tal vez eso explique la sorprendente resolución, que no por eso deja de ser interesante en varios de sus puntos. Todo sea por el edificio único.

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lunes, 3 de marzo de 2008

¿Voluntad política para la guerra?

Por Tomás

“Más que la batalla ni la lucha en sí misma, (la guerra es) el espacio de tiempo en el que reina la voluntad de resolver las diferencias por medio de la batalla”. La frase pensada por el filósofo Thomas Hobbes y retomada por el historiador Eric Howsbawm para explicar cuatro décadas de Guerra Fría, bien podría aproximarse a la tensa situación que se vive hoy entre Colombia, Ecuador y Venezuela, en una región (Sudamérica) que a pesar de sus altos niveles de pobreza y desigualdad, en los últimos años se destacó por las relaciones pacíficas entre sus Estados, un bien difícil de encontrar en las zonas más calientes del planeta. Desde el acuerdo de paz entre Perú y Ecuador en 1998, la posibilidad de resolver mediante la guerra los conflictos bilaterales que aún mantienen varios países de la región se había tornado inviable. La violencia se limitó a los enfrentamientos internos, sobre todo en Colombia. Sin embargo, el actual conflicto desatado tras el bombardeo y la incursión del Ejército colombiano en territorio ecuatoriano luego del asesinato de Raúl Reyes (el número dos de las FARC), nos muestra con toda crudeza que el enfrentamiento militar entre países, si bien es improbable, no es una alternativa descartada de plano por todos los gobiernos.

El presidente colombiano, Álvaro Uribe,
internacionalizó un conflicto local al violar gravemente la soberanía ecuatoriana. Nunca la interesó el diálogo con las FARC y no es novedad que haya recurrido a la violencia. El problema es que esta vez la violencia traspasó el umbral de su Estado. Y por el otro lado, Hugo Chávez reaccionó con un tono belicista mucho mayor que la del principal ofendido: el pueblo ecuatoriano y su presidente Rafael Correa. De esta manera, Chávez volvió a mostrar un costado militar-belicista que contrasta con toda la muñeca política que había exhibido en la exitosa negociación y liberación de los rehenes de las FARC.

Es poco probable una guerra y seguramente no la haya. Pero la disposición de resolver las diferencias entre Estados por medio de la batalla todavía existe en Sudamérica.

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viernes, 8 de febrero de 2008

Queda Zapatero



Por Tomás

Mientras los medios centran la atención en las primarias en Estados Unidos, España e Italia se preparan para dos elecciones que reconfigurarán el tablero político de Europa Occidental y que amenazan con acentuar las posiciones anti -migratorias de la región. Dos elecciones en las que la socialdemocracia intentará resistir la serie de triunfos de políticos conservadores en el continente.


En España, el presidente socialista, José Luis Rodríguez Zapatero, y el opositor Partido Popular (PP), que lleva como candidato a Mariano Rajoy, vienen peleando palmo a palmo cuando falta menos de un mes para las presidenciales del 9 de marzo, aunque las
encuestas indican que en los últimos días Zapatero sacó una leve ventaja del 6% en la intención de voto. Ante estos números, la reacción del PP no tardó en llegar y atacó dónde más cómodo se siente: la inmigración. Rajoy anunció que “nunca más habrá regularizaciones masivas” y que cada extranjero deberá cumplir con “un contrato” que lo obligará a “respetar las costumbres españolas”, entre otras difusas medidas cercanas a la xenofobia. No es casual el momento en que reaparece este discurso de tinte populista propio del PP (en Europa los populismos se asocian a la derecha). Es que el desaceleramiento que está padeciendo la economía española y europea por efecto de la crisis financiera en Estados Unidos tienen como consecuencia una menor generación de empleo (el desempleo en el cuarto trimestre del 2007 se ubicó en el 8,6%). Ideal para que los xenófobos vuelvan a cargar las tintas sobre los puestos de trabajo que ocupan los inmigrantes.

Pero el PP no es el único partido con este discurso en Europa. Su plataforma
se basa en las medidas adoptadas por el presidente francés, Nicolás Sarkozy, quien llegó a calificar a los inmigrantes de “escoria” cuando los levantamientos en París representaban un dolor de cabeza para el entonces ministro del Interior del Gobierno de Jaques Chirac. También la canciller alemana, Angela Merkel, fue criticada por las restricciones que aplicó a la inmigración turca en su país.

En este contexto, España e Italia son dos de los pocos países de Europa Occidental que todavía son gobernados por la socialdemocracia, pero les será difícil mantenerse en el poder. Sobre todo en Italia, donde las peleas internas terminaron con el Gobierno del primer ministro Romano Prodi, lo que provocó que el presidente Giorgio Napolitano disuelva el Congreso y llame a elecciones para el 13 de abril. El principal candidato según los sondeos es el interminable Silvio Berlusconi, que irá por su tercer período como primer ministro. Su rival será el alcalde de Roma, Walter Veltroni, que intentará reposicionar a la centroizquierda luego de la debacle del Gobierno de Prodi.

Todo indica que la
derecha volverá a gobernar en Italia y que se sumará a la ola anti-migratoria en el viejo Continente. Malas noticias no sólo para los inmigrantes, sino también para Zapatero, quien en caso de ganar en España, políticamente quedará un poco más solo en Europa.

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lunes, 21 de enero de 2008

El Banco del Sur: un parto difícil

Por H.C.

Durante la semana pasada tuvo lugar en Caracas una nueva reunión técnica para definir la forma y el funcionamiento de un futuro
Banco del Sur. La iniciativa recorre a los países del MERCOSUR y sus socios desde hace años, y sin embargo, ahora que sólo parecerían faltar los últimos detalles de la compleja tarea de crear la primera institución financiera sudamericana, el contexto internacional arroja incertidumbres sobre el futuro del proyecto.

En cuanto a la economía internacional entendida como un todo, la crisis de las hipotecas sub-prime en los Estados Unidos ha terminado por contagiarse al conjunto del sistema financiero, a la actividad de la construcción, a los índices de confianza del consumidor y, como si esto fuera poco, a las elecciones primarias que definirán los candidatos demócratas y republicanos para las próximas elecciones presidenciales. Las amenazas de recesión en la primera economía del mundo, sin embargo, son mucho más que anecdóticas noticias del extranjero: como advierten los principales analistas de Estados Unidos y el mundo, una caída del consumo norteamericano podría desacelerar el importante crecimiento que el mundo vivió durante los últimos cinco años. Y del que Argentina tanto se benefició.

En el contexto regional, mientras tanto, los conflictos bilaterales se siguen sumando aún entre aquellos países que estarán asociados en un futuro Banco del Sur, como es el caso del enfrentamiento diplomático que sostienen, ya desde hace años, Uruguay y Argentina por la
violación al Tratado del Río Uruguay. A este problema se le han sumado otros nuevos, y algunos, como el reclamo de Bolivia frente a Chile por el territorio perdido durante la Guerra del Pacífico, que ya superan el siglo de antigüedad. Entre los más recientes pueden contarse los reclamos de Perú también a Chile, por el trazado de las fronteras en la plataforma marina del Océano Pacífico, o el conflicto político entre el presidente venezolano, Hugo Chávez, y su par colombiano, Álvaro Uribe por las controversias en torno al canje humanitario con las FARC y el status político de este grupo guerrillero.

Así, el muy bienvenido proyecto de un institución financiera sudamericana para los sudamericanos está enmarcado en un contexto complicado tanto en lo económico como en lo político. Y sin embargo, éste es sólo un motivo más para que los responsables del éxito de esta nueva propuesta aceleren las negociaciones y la puesta en marcha del organismo: ninguno de los conflictos antes repasados parecería tener, en el corto plazo, una solución fácil de instrumentar.


De todos modos, y para concluir este breve análisis, vale la pena resaltar que la iniciativa no sólo se encuentra amenazada por sus demoras en el tiempo, sino también por una falta de compromiso real de los Estados participantes. 10 mil millones de dólares: esa es el capital con el que contaría el banco en el momento de su creación. Una cifra similar al pago anticipado que Argentina, ni que hablar de Brasil, realizó en un mismo día al FMI para liberarse de su tutela. Un monto que representa con bastante exactitud las pérdidas que sufrió el grupo del City Bank, tercer banco en los Estados Unidos, solo en un trimestre de la crisis financiera causada por los sub-prime. 10 mil millones de dólares parece mucho dinero; ¿alcanzará para cubrir las necesidades de inversión de una región que busca integrarse frente a un mundo cada vez más competitivo?

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