sábado, 21 de abril de 2007

Un primer paso necesario

por Tomás Rudich

Madre España consiguió lo impensado: los hermanos del Río de la Plata volvieron a hablar. Deberían haberlo hecho hace rato. Ya están grandes para resolver las diferencias entre ellos.

Aunque la solución por el conflicto de la pastera Botnia es una posibilidad lejana en el corto plazo, los Gobiernos argentino y uruguayo retomaron el diálogo en Madrid y volverán a hacerlo dentro de un mes en Nueva York. Un buen primer paso, indispensable para avanzar hacia un acuerdo.

El primer logro del “facilitador” Juan Antonio Yáñez-Barnuevo fue flexibilizar la decisión uruguaya de no negociar con los puentes cortados. Aunque el presidente Tabaré Vásquez no lo admita, su país se sentó a la mesa a pesar de los cortes. Una primera concesión importante. Negociar se trata justamente de eso: conceder algo para alcanzar un acuerdo. Habrá que ver como reacciona la oposición en Uruguay. El Partido Blanco y el Partido Colorado son factores de presión importantes que favorecieron la dura posición del presidente uruguayo, “intransigente” según la definición del presidente argentino Néstor Kirchner.

Del lado argentino también habrá que ceder algo. En principio, el funcionamiento de la planta finlandesa en Fray Bentos parece inevitable dado el grado de avance de las obras. El propio canciller uruguayo, Reynaldo Gagano, aseguró que la planta entrará en funciones entre agosto y septiembre próximo. Por lo tanto, la relocalización sólo podría realizarse si Argentina es favorecida por un fallo del Tribunal Internacional de La Haya. Pero en el marco de negociaciones que se abrió, el traslado de Botnia es difícil como solución, porque implicaría un triunfo de la postura argentina y no un acuerdo consensuado.

La idea de Yañez de crear un “área de protección ecológica” financiada por las Naciones Unidas que “permita un desarrollo sustentable de altísima calidad ambiental” podría ser una solución viable, pero habría que ver sus posibilidades de aplicación. Esta eventual solución contemplaría la construcción de un ducto que vierta los efluentes a 30 kilométros de Gualeguaychú en un zona deashabitada y la creación de una barrera de árboles construidos en una serie de canteros escalonados que impida la contaminación visual. En cuanto a la emisión de gases, esta deberá realizarse en días en los que el viento no sople hacia las costas argentinas. El control tendrá que ser máximo y respetarse a rajatabla. Hay que ver si es posible. Los asambleístas no lo creen. El Gobierno argentino desconfía.

Una eventual solución también deberá contemplar la violación del Estatuto del Río Uruguay por parte de Uruguay. Allí radica el origen del conflicto.

Pero todas estas son conjeturas. Por ahora el único logro fue sentarse a negociar. Nada más que eso, aunque tampoco nada menos. Como venían las cosas es un paso enorme.


1 comentario:

Anónimo dijo...

muy buen blog!!
sigan asi, un beso y suerte
luchi