La mayoría de las encuestas lo marcan. Daniel Filmus supera en intención de voto a Jorge Telerman y logra lo impensado hace dos semanas: se encamina hacia el ballotage junto a Mauricio Macri. Sin embargo, la táctica elegida para dejar fuera de carrera al jefe de Gobierno puede provocar que el líder del Pro logre conquistar la Capital. Sin dudas, un efecto no deseado por la Casa Rosada.
Pero, ¿a qué se debe el repunte del ministro de Educación? ¿Cómo logró cambiar el escenario electoral? Las diatribas encuentran respuesta en la activa participación del Gobierno en el último tramo de la campaña. Así las cosas, Néstor Kirchner y Cristina Fernández estuvieron junto al candidato oficial en cuanto acto pudieron.
Además, Alberto Fernández encabezó la estrategia diseñada para desacreditar a Telerman, un viejo enemigo del jefe de Gabinete. Acusaciones sobre el delito de utilización falsa del título de licenciado con llamado a indagatoria incluido, y sobre casos de corrupción en la actual gestión fueron los platos fuertes de un menú del que no sólo comió el Gobierno, sino principalmente Macri.
Es que mientras Telerman debía defenderse de los embates y acusaba al Gobierno de autoritario, el empresario ligado a los negocios con el Estado en los 90 cumplió al pie de la letra con los lineamientos de sus asesores y logró mostrarse como un hombre ajeno a las prácticas políticas tradicionales con una consigna muy sencilla: a las pocas agresiones recibidas contestaba con propuestas políticamente correctas donde nunca olvidaba mencionar la frase inclusión social.
En pocas palabras, hizo la plancha mientras los otros candidatos se peleaban en el barro. El resultado de esta jugada puede ser perfecto. Los estudios de opinión señalan que con su actitud pasiva le sacó votos al golpeado jefe de Gobierno y puede superar el 40 por ciento, ganando la elección por bastante más de diez puntos. Esta diferencia, que puede ser decisiva en una segunda vuelta, se debe a que Macri conquistó a una importante porción del electorado que huye espantado de las peleas y cree su discurso lleno de palabras lindas, aunque vació de contenido.
Pero, en este juego de tres, Telerman también aportó lo suyo. Desesperado por reunir apoyos que le permitan mantener la Capital, selló una alianza con Elisa Carrió, la principal opositora al Gobierno. La jugada terminó de nacionalizar la elección y, más allá de sus esfuerzos iniciales, lo enfrentó con el poderoso kirchnerismo, al tiempo que fortaleció a Filmus. (Ver Una jugada con mucho para perder).
Con este panorama, el domingo es un día decisivo para las tres fuerzas. Telerman y Carrió pueden empezar a despedirse de las grandes luces de la política si pierden. Filmus y el Gobierno pueden lograr el primer objetivo si consiguen el segundo puesto, aunque corren el serio riesgo de quedarse sólo con eso. Y Macri, con muy poco, puede empezar a saborear su sueño más preciado: el sillón porteño.
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