sábado, 5 de mayo de 2007

La Capital, cada vez más lejos del Gobierno

Por Martín Porcel de Peralta

Es sabido que los ciudadanos de Buenos Aires siempre se caracterizaron por ser reacios a ser gobernados por dirigentes del mismo color político que el presidente de turno. Incluso, la postura se refuerza si el gobernante es de origen peronista. A pesar de los antecedentes, la próxima elección a jefe de Gobierno se presentaba como una excelente oportunidad para modificar la tendencia reinante.

Sin embargo, la tozudez y poca habilidad para construir política que demuestra cada día Alberto Fernández, y el orgullo de Néstor Kirchner lograron que, una vez más, el oficialismo se aleje de la Ciudad. Sucede que tomaron una serie de decisiones erróneas y están muy cerca de perderlo todo.

Ya les había sucedido en 2005 cuando Rafael Bielsa quedó tercero en las elecciones legislativas detrás de Mauricio Macri y Elisa Carrió. Pero parece que no aprendieron. Las mismas encuestas que para los comicios presidenciales señalan a Kirchner o Cristina Fernández ganadores con holgura en el segundo distrito del país, relegan a un cómodo tercer lugar al candidato oficial a jefe de Gobierno.

El primer desacierto fue correr a Daniel Scioli de la pelea por la Capital. Si bien la decisión despejó toda duda en la Provincia y encolumnó toda la tropa bonaerense detrás de un solo hombre, Scioli medía muy bien en la Ciudad, por lo tanto provocó un vacío que a la larga resultó imposible de llenar. Ya sin el vicepresidente en carrera parecía que Jorge Telerman, hombre colocado por Kirchner para acompañar a Aníbal Ibarra cuando obtuvo la reelección en 2003, sería el candidato K.

Pero, en política, se sabe, nunca dos más dos es cuatro, por lo tanto, y debido al encono que mantiene el Jefe de Gabinete con el jefe de Gobierno, desde Balcarce 50 se ungió como candidato a Daniel Filmus. El ministro de Educación, que había logrado llevar con módicos éxitos y sin mayores sobresaltos su gestión al frente del ministerio, tenía la difícil misión de instalarse en un electorado que no lo conocía.

Las jugadas ideadas desde la Casa Rosada arrinconaron a los dos rivales porteños más poderosos. A Macri, quien especulaba entre presentar su candidatura para Presidente, jefe de Gobierno o Gobernador de Buenos Aires, la sorpresiva mudanza de Scioli lo envalentonó para apostar todas sus fichas en la Capital, donde recoge parte de la adhesión de este.
Por su parte, Telerman, huérfano de la bendición presidencial, actuó como lo haría cualquier político desesperado: aglutinó todo el poder que pudo sin importar su origen ideológico y para peor, dio el tiro de gracia sellando una alianza con Carrió, principal opositora al Gobierno. (Ver Una jugada con mucho para perder)

Producto de los movimientos de cada candidato, cuando falta un mes para las elecciones porteñas la instalación de Filmus parece una misión imposible. Gran parte de los votantes aún lo ignora y muchos de los que lo conocen le endilgan responsabilidad en los conflictos docentes que se suscitaron en varias provincias a causa de reclamos por una recomposición salarial, en especial en Santa Cruz donde el problema continúa. Pasará mucho tiempo para que un funcionario de Educación tenga la posibilidad cierta de acceder a un máximo cargo ejecutivo en el país.

Así las cosas, el panorama desalentador para las aspiraciones oficiales indica que el líder del Pro y Telerman definirían en una muy posible segunda vuelta al próximo gobernante porteño. El escenario transforma la peor pesadilla de Kirchner y Fernández en realidad. La Ciudad quedará en manos de la centroderecha –en las antípodas del Presidente- o la administrarán un conglomerado de partidos con el actual jefe comunal a la cabeza y Carrió en las sombras. Fuera cual fuese el resultado, el Gobierno será ajeno al convite.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Actualizen los deportivo

Anónimo dijo...

Actualizen los deportivo

A tres puntas dijo...

Gracias por recordar, es cierto la semana pasada no actualizamos las notas deportivas, pero paciencia que ya vuelven.

Saludos y comenteeen

Tomás